Los límites del Gobierno a la red eléctrica ponen en riesgo la seguridad del suministro

Hace unos meses alertamos de los apagones que podría generar la propuesta del Gobierno de España de intervenir el mercado eléctrico europeo. Hoy podemos contaros con satisfacción y descanso que, al final, ha imperado la cordura y han renunciado a ella. Primero a través del grupo socialista en el Parlamento Europeo y, más tarde, a través de la ministra Teresa Ribera en las negociaciones en el Consejo. La Unión Europea seguirá teniendo un sistema marginalista en el que las empresas invertirán para cubrir toda la demanda y reducir nuestra dependencia energética gracias a las renovables, evitando así los temidos cortes de suministro.

PERO -siempre hay un pero-, ésta no es la única amenaza a la que se enfrenta la seguridad del suministro eléctrico y la tranquilidad de los hogares y las empresas. Por eso volvemos a contaros un tema del que nadie está hablando: o el Gobierno empieza a permitir -es más, acelerar- las inversiones en la red eléctrica o ésta no será capaz de dar respuesta al aumento previsto de la demanda.

Y es que resulta que, cuanto más avanzamos en la descarbonización y en la sustitución de combustibles fósiles importados por energías renovables autóctonas, más electricidad consumimos: por el cambio del coche de combustión al coche eléctrico, por el del gas natural a las bombas de calor en los hogares, etc. Una electricidad que, por suerte, seremos capaces de producir gracias a que España se ha convertido en un referente en renovables… pero que no vamos a ser capaces de transportar, porque la red no está preparada y el Gobierno no está dando las autorizaciones para que se pueda preparar.

Tal es el déficit de capacidad de transporte y almacenamiento que ya tenemos, que incluso hay proyectos renovables parados porque no se les permite conectarse a la red. Lo que genera que, solo en energía eólica, estemos desperdiciando más de 100 gigavatios.

Esta falta de adaptación de la red eléctrica no solo afectará a la seguridad del suministro, también lo hará a otras variables vitales para nuestra economía, como el desarrollo de la industria, y para nuestra seguridad, por no poder independizarnos de los países vendedores de hidrocarburos. Nos explicamos:

España cuenta con la electricidad más limpia y barata que existe, la renovable, lo que nos hace un destino realmente atractivo para la industria, que ahorra por dos lados, por el propio coste de la energía y por el hecho de no tener que pagar derechos de emisión de CO2. ¿Cuál es el problema? Que no hay una red suficiente que lleve esa energía a la industria que quiera instalarse en España, porque el Gobierno no concede el permiso necesario para construirla.

Un ejemplo claro de esto último lo tenemos en las empresas que, habiendo previsto instalar sus data centers en España -con toda la innovación, empleo y riqueza que conlleva-, finalmente se los han tenido que llevar a Portugal, porque aquí no les autorizamos a implantar la red que les llevaría esa energía renovable que sí producimos y que ellos tenían pensado utilizar.

Por otro lado, España sigue sufriendo su dependencia energética de países no democráticos y ciertamente inestables como Rusia, Argelia, Catar, Arabia Saudí, etc. Una dependencia de la que podríamos librarnos gracias a las renovables, si a éstas se les permitiera construir una red que las transportara y almacenara. Si no la hacemos, la energía seguirá viniendo de las plantas que utilizan combustibles fósiles y, por tanto, seguiremos dependiendo de los países que los venden.

Ya hemos conseguido solucionar el problema de la producción de energía gracias a las renovables, ahora necesitamos que se permita implementar redes eléctricas que lleven esa energía desde los molinos de viento y las placas solares hasta los hogares y las fábricas que la necesitan.

En resumen:

• Seguridad en el suministro ante el aumento de la demanda
• Mantenimiento y atracción de industria por los bajos costes de las renovables
• Autonomía estratégica para dejar de depender de los petroestados

Como ven, motivos más que suficientes para que centremos nuestros esfuerzos en pedir al Gobierno que permita el desarrollo de la red eléctrica. Nos va el futuro en ello.